El presidente de la asociación más importante de engordadores bovinos de Jalisco, cita que la ganadería se sostiene produciendo 3.7 millones de cabezas y 257 mil toneladas de carne.

Pese a los problemas como la indiscriminada importación de cárnicos a precios dumping de Sudamérica, EE.UU. y España, la prohibición a Jalisco y a casi todo el país de exportador ganado en pie a la vecina nación, los engordadores estatales y del país atraviesan por un buen año con una producción relevante, al igual que la entidad jalisciense con 3.7 millones de cabezas anuales y con cerca de 257 mil toneladas de carne.

Entrevistado sobre el estado que guarda la engorda de ganado bovino para producción de carne, Joao Arenas Covarrubias, presidente de la Asociación Ganadera Local Especializada de Bovinos para Engorda de Tlaquepaque, Jalisco, habla de la manera en que trabajan con los becerros, la sanidad y del respeto al derecho de los animales a no ser maltratados.

También comenta sobre el problema que representa para los engordadores de ganado el hecho de que Jalisco no pueda exportar becerros en pie a los Estados Unidos -de los cuales solo exportan estados fronterizos un millón 200 mil cabezas al año-, por las restricciones sanitarias del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).

De los problemas y perspectivas, aborda el tema del grano barato estadounidense importado, pero ante todo la dificultad que representa conseguir pasturas, como rastrojo, debido a que la ganadería compite contra la agricultura en cuanto a superficie para desarrollo de los animales y porque cada vez se dedica menos superficie para producir pasto y maíz forrajero.

EL PANORAMA

En la actualidad, la Asociación que preside cuenta con unos 100 socios que manejan entre 80 y 100 mil cabezas de ganado, lo que ayuda a que la entidad sea una de las principales productoras de carne, con un total de cabezas de 3.7 millones de los 36.6 millones que existen en el país, de las cuales dos millones son de leche, según datos del Censo Agropecuario 2022 del INEGI y la CNOG.

La entidad produce 257 mil toneladas de carne, solo por debajo de Veracruz, con 281 mil toneladas, a cifras del 2022, de acuerdo con el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) y del INEGI, aunado a que es el principal productor de genética bovina del país. 

Del trabajo que realizan, explica que la engorda es de todo tipo de ganado, «lo más común es la engorda de torete macho de dos años hasta llevarlo de 200 a los 600 kilos de peso», «es el que más rinde, el que tiene la carne más suave, pero también se engordan vaquillas que no se quedaron para reposición y vacas de descarte, que ya no cargaron en los criaderos».

«Pero en las que se pone más énfasis en la engorda es en razas productoras de carne, además de razas lecheras, aunque no es lo ideal, pero si el ganadero trae un margen que permita adquirirlo a un precio accesible y engordarlo, pues se procede con este tipo de animales».

LOS PASOS

Explica que la proveeduría de los becerros de engorda proviene de los criadores del estado de Jalisco, que son los ganaderos vaca-becerro de distintas asociaciones ganaderas de los municipios, pero hay quien vende directamente del destete al engordador o a veces hay un desarrollador de por medio».

A los siete meses regularmente es el destete, cuando el becerro pesa de 180 a 200 kilos y quien tiene pradera lo desarrolla ahí o quien tiene corrales los estabula, pero añade que son muchos pasos antes de que el animal pase al rastro.

El primero de ellos es verificar el fierro y la documentación de la unidad de producción donde se adquirió el animal, para compararlo con el registro del Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado (SINIIGA) de ambas orejas con los documentos del sistema REMO (Registro de Movimientos de las diferentes especies de animales) para constatar su procedencia.

Enseguida, dice, se le pone el fierro del nuevo propietario y se vacunan, desparasitan, se le administran medicamentos si presenta enfermedades, además de atender sus lesiones, si las presenta, y si viene de zonas de muchas garrapatas se le cura para combatir estos parásitos.

Luego se pasa a un corral para que se acostumbre a alimentarse en comedero, esto, porque a veces vienen directamente de la vaca, recién destetados y por lo general se alimentan con paca de avena o con pasto empacado, porque lo que conoce el animal es el pasto, ya que todavía no se le da mucho concentrado, hasta después de unos días se acostumbra a cantidades más elevadas de éste.

LA ALIMENTACIÓN

La fórmula del concentrado para vacas se decide en cada rancho o unidad productiva de acuerdo a muchos factores, pero principalmente depende de la disponibilidad de materias primas que se tengan en la región «afortunadamente en Jalisco se siembra bastante maíz, hay disponibilidad de pastas oleaginosas que nos proveen de proteínas y hay ingenios que nos proveen de melaza».

La ración más común en Jalisco se compone de rastrojo de maíz, maíz grano, en sus diferentes presentaciones -entero, quebrado molido o rolado-, además, se le incorporan las pastas oleaginosas, ya sea de soya o canola, cuando lo permite la estacionalidad.

En Jalisco le agregan TDG -destilado de grano-, la melaza, salvado de trigo y si es región donde hay otro tipo de grano, se le puede incorporar sorgo o trigo y por supuesto, se le agregan minerales como micronutrientes.

«Son los subproductos que hay en la región, en base a los cuales se elabora la alimentación para el ganado, al que primero se le da con más fibra, más proteína, y conforme crece, se le cambian las raciones más cargadas en grano, para que vaya engordando, a fin de que quede «bien rendido», esto es, que desarrolló su masa muscular con cobertura grasa a fin de que la carne sea de primera calidad.

El ganado puede estar listo para comercializarlo dependiendo de la fórmula de zootecnia GAMSE: G de genética, A de alimentación, M de manejo, S de sanidad y E de economía, a lo que añade que si se trata de un becerro con mayor potencial genético, sin escatimar alimentación y con sanidad preventiva y vigilada, logrará dar una carne apropiada sin contratiempos.

EN PRADERA

Cita que el tiempo de engorda puede abreviarse con la fórmula y depende también de si el becerro llega directamente de la vaca al corral, por lo cual podría pasar 10 meses encerrado y puede llegar al sacrificio a los 17 meses, pero si está en corral todo ese tiempo, puede aumentar los costos de producción.

Añade que «quien tiene pradera, amortigua los costos, ya que le da al ganado su misma producción de pradera más un suplemento, por lo que ahí puede permanecer unos cuatro o cinco meses, unos 150 días, durante los cuales el becerro puede desarrollar unos 150 kilos, por lo cual, en lugar de irse a 10 meses, solo se va a cuatro».

«Un becerro de 250 kilos, se come el 3% de su peso, 7.5 kilos, en el establo, pero si lo tenemos en pradera, se come 5.5 kilos de pasto y solo le damos dos kilos de la fórmula proteica, pero no todos tienen pradera, porque en Jalisco la ganadería ha perdido terreno ante la agricultura».

El desarrollador, apunta, es el que engorda en pradera y los engordadores son los que finalizan en corral intensivo, quienes no tienen pradera, como en el caso de sus 100 asociados con sus aproximadamente 100 mil cabezas de ganado.

LOS COSTOS

Interrogado respecto al costo de producción por kilo de carne en pradera y en establo, cita que, sin duda, «es más barato producir ganado en pastoreo que en establo», pero añade que no es el mismo producto cárnico, pues el ganado necesita finalizarse en establo para que su carne tenga terneza, jugosidad y grasa blanca».

Pero tomando en cuenta factores como el ahorro de alimento en pradera, se abaratan los costos en un 25% a 30%, pese a que al pasto hay que fertilizarlo, cuidarlo y rotarlo, es decir, cada 21 días se cambia de espacio el ganado para que el pasto desarrolle su ciclo vegetativo y no se acabe, todo lo cual depende de la cantidad de animales que se tenga por hectárea.

El factor final más importante es la calidad de la carne: el ganado de campo tiene grasa amarilla y la carne es un poco más dura y explica que un criador vende su ganado de 200 kilos al desarrollador, quien lo lleva a 350 kilos aproximadamente y a su vez lo vende al engordador, al finalizador, quien lo lleva a 600 kilos, esto es, en 137 días le añade un peso de 230, 240 kilos.

RESPETO Y SALUD

Cta que la ganadería ya no es la misma que hace décadas, pues el respeto a los derechos de los animales, aún del ganado que va al sacrificio, es fundamental durante su vida, explica, al detallar los procedimientos.

«Seguimos un protocolo denominado “buenas prácticas pecuarias”, que nos habla del no maltrato animal, de cero estrés, no mantenerlo en condiciones en las que sufra y en base a eso se toman muchas decisiones en su crianza».

«Cuando se recibe el animal, se marca, hacemos el aretado, implantes, tratamientos sanitarios en instalaciones apropiadas para que no tengan estrés, donde los corrales cuentan con ángulos redondos para que no se lastimen y muy amplios para que no se sientan encerrados, con estrés y miedo».

«Si usan látigos o chicharras, disminuye el peso del animal y también va en contra del negocio, por lo cual nos apegamos a las buenas prácticas pecuarias respetando al animal para no hacerlo sufrir y por supuesto, para beneficiar la economía y beneficio del productor».

Cita que les dan un espacio lineal de comederos y establos de acuerdo a las normas, que puede ser de hasta 12 metros cuadrados por animal y unos 40 o 50 centímetros de comedero para que cada uno tenga su espacio libre para comer y no se estén golpeando al competir por el alimento».

LA «GANANCIA»

Cuando el ganado está listo, el peso ideal para sacrificio, al menos en Jalisco, es de 600 a 620 kilos, de dos años y medio máximo, con madurez y tamaño comercial adecuados para que rindan en canal un promedio de 61 a 63 por ciento.

Con respecto a la ganancia para el engordador intensivo, finalizador, relata que depende de muchos factores, pero el precio actual, al mes de julio, lo considera favorable, de unos 64 pesos el cruce europeo en pie puesto en el rastro con el 3% de tara.

Cada animal, ya en carne, vale 38 mil 400 pesos, de lo cual al engordador le corresponden solamente de mil 500 a dos mil pesos «no es el gran negocio del mundo, pero es cíclico, porque dice el dicho que “Cuando es fácil producir es difícil vender” y a la inversa».

En el primer semestre del año es muy fácil producir en corral intensivo antes de las lluvias, pues quien compra ganado pequeño tarda dos ciclos y cuando compra ganado más grande, desarrolla unos tres ciclos, es decir, el promedio que Joao calcula de producción entre los ganaderos de Jalisco es de 2.5 ciclos de ganado por año.

GANADO EN PIE

De la exportación de ganado en pie, detalla que Jalisco no está exportando ningún becerro por prohibición de USDA «se exportaba de la zona norte, pero están haciendo barridos sanitarios», ante lo cual los ganaderos estatales están fuera del negocio de enviar 1.2 millones de becerros en pie, en promedio, a EE.UU., ya que solo están autorizados Chihuahua, Durango, Sonora, Coahuila y Tamaulipas.

Los corrales de Jalisco, actualmente, están surtidos, casi llenos, pero añade que viene gestándose un problema a futuro, dentro de dos a tres años en cuanto a la reducción del ganado, ya sea porque no van a reponer ganado debido a que muchos se dedican a otras actividades tras la sequía, dedicándose al aguacate, agave o berries o bien, ya no tienen terrenos de pastoreo ante la proliferación de estos cultivos.

«El 2025 viene bien porque el precio del grano no pinta mal… estamos sufriendo más por los rastrojos que por los granos», dice, porque no hay rastrojo de maíz por la sequía y por la competencia de otros cultivos, además, el grano extranjero está barato y hay disponibilidad, afortunadamente para unos y desafortunadamente para otros».

El ganadero hace notar que la importación de la carne bovina argentina y brasileña que está un 15% abajo del valor de la mexicana impacta al mercado mexicano porque «los costos de producción en Sudamérica son por mitad y aquí llega el producto, con todo y flete, más barato y con la pura oferta nos pega, además de que Senasica autorizó la importación de esta carne sin revisión sanitaria alguna.

«¿Quién garantiza que no pueda entrar una enfermedad (como la fiebre aftosa de la cual México está libre)? Se pregunta… «tenemos cerradas las fronteras para material genético, pero están abiertas para la importación de carne sin revisión, entonces «¿Qué pasó?».

Sin embargo, apunta: «Veo bien el panorama 2024 para los engordadores de Jalisco en lo que resta del año, porque el precio d está adecuado y no se está especulando…».

Por Amado Vázquez Martínez (Publicada en Tierra Fértil)