IMPOSIBLE ABASTO DE ALIMENTOS SIN FITOSANITARIOS
- Magazine Fitosanitaria entrevistó a la especialita internacional en Sanidad Vegetal, Dolores Fernández Ortuño
Las pérdidas agrícolas serían muy altas ante determinadas enfermedades agrícolas si no se utilizaran los fitosanitarios. Por ejemplo, en el caso de los hongos Botrytis cinerea y los oídios, que afectan a cultivos de gran importancia a nivel mundial, la falta de tratamiento con estos compuestos dificultaría el abastecimiento de alimentos para toda la población.
Así lo aseguró para Magazine Fitosanitaria Dolores Fernández Ortuño, doctora en Biología e investigadora del departamento de Microbiología de la Universidad de Málaga, España. La especialista explicó que, si bien existen prácticas alternativas de control de enfermedades en los cultivos, en algunos casos estas no son suficientes.
La especialista agregó que llega un momento en que las otras prácticas de control no son suficientes para recuperar la salud de las plantas, así que hay que utilizar fitosanitarios “si no son efectivas tenemos que utilizarlos sí o sí para poder combatir la enfermedad y que la producción de ese cultivo sea rentable para el agricultor”.
Comparó el uso de los fitosanitarios con el de los antibióticos en la salud humana “es similar a cuando enfermamos; al principio tomamos algo que no es un medicamente, pero llega un punto en el que debemos acudir al médico y nos recentan un antibiótico para curarnos”. Señaló que los fitosanitarios pueden verse como la medicina del campo.
Fernández Ortuño explicó que el tratamiento varía según la enfermedad que enfrenta el productor. Desde su especialización en enfermedades ocasionadas por hongos, señaló: “Hay veces que con poco que hagas puedes combatirlo y curar esa plantación, pero hay otro tipo de hongos en los que es muy complicado y llega un momento que tiene que ser con el uso del fitosanitario, con el funguicida concretamente en el caso de hongo”.
Entre los hongos más perjudiciales para la agricultura destacó dos: la pobredumbre gris que la produce un hongo llamado Botrytis cinerea, que tiene múltiples hospedadores. Puede infectar a los cultivos durante la cosecha, el almacenamiento o incluso en los puntos de venta. “Supongo que lo habéis visto sobre todo en tomate y fresa cuando compráis en el supermercado estos cultivos, pues veis que al poco tiempo empieza a salir como una espora grisácea que pudre por completo el fruto“, explicó.
Otro tipo de hongo fitopatógeno es el oídio. En España afecta a cultivos como el melón, sandía, calabacín y pepino, que son importantes en el país, pero también en cualquier zona con un clima mediterráneo.
Mencionó que “las pérdidas por ambos patógenos son bastante importantes y nosotros recomendamos siempre a nuestros agricultores que utilicen distintas estrategias; por ejemplo, durante el cultivo, que tengan las parcelas limpias de restos vegetales para que no haya esporas del hongo en esos restos que puedan infectar al nuevo cultivo”.
Asimismo, recomendó desinfectar las herramientas y mantener las parcelas limpias. “En zonas con numerosos invernaderos, como en Almería, se busca una adecuada ventilación para evitar la propagación del hongo. Las plantas no deben estar demasiado juntas, sino que debe haber ventilación para dificultar su desarrollo”, explicó.
Agregó que existen productos biológicos registrados a base de microorganismos que se recomienda utilizar. No obstante, cuando estas alternativas no son suficientes, aconsejamos usar los fitosanitarios registrados en el país.
La especialista resaltó que no se entiende el temor hacia la aplicación de estos compuestos en las plantas cuando, al mismo tiempo, los consumidores ingieren esos cultivos. “Igual que se han hecho investigaciones para los medicamentos que nos estamos tomando nosotros, las empresas de fitosanitario llevan a cabo una investigación que dura muchísimos años para generar un compuesto fitosanitario”, subrayó.
Aclaró que estas medicinas para las plantas no se sacan al mercado de un día para otro, sino que deben cumplir con estrictas normas antes de ser comercializadas, como ocurre con las vacunas y los medicamentos de uso humano. “Tienen que confiar en la ciencia, tienen que confiar en la legislación y que no hay nada más oculto”.
Fernández Ortuño subrayó que los fitosanitarios son seguros para la salud siempre que se utilicen de manera adecuada. “Hay que utilizarlos bien, siguiendo las recomendaciones del fabricante, igual que un medicamento a nivel humano. No se pueden utilizar dosis más altas de la cuenta, no se puede aplicar cuando yo quiera, sino que se tienen que respetar plazos de seguridad para que no haya residuos. No entiendo por qué se le tiene tanto miedo y rechazo”.
En el tema de los fitosanitarios denominados orgánicos, mencionó que pueden utilizarse sin problema. Sin embargo, advirtió que algunos compuestos, como el azufre, aunque está permitido en la agricultura ecológica en España y que es un funguicida que se ha utiliado desde hace cientos de años, puede representar una desventaja “El azufre o este tipo de compuestos se recomienda que sea la última opción, porque son más tóxicos y necesitan mayores dosis para controlar la enfermedad y por tanto, para el medio ambiente no serían tan seguros comparados con un fungicida de síntesis química”.
También hay compuestos de origen natural cuyos estudios de seguridad no son tan exhaustivos como los realizados para los fitosanitarios de síntesis química. “Muchas veces estos compuestos de síntesis química provienen de compuestos naturales que se han descubierto en la naturaleza, por ejemplo, la estrobiulirna, que es producida por un hongo en su medio natural para defenderse de otros microorganismos”.
Por ello, recomendó realizar campañas de concientización dirigidas tanto a agricultores como a la población en general, para informar qué hay detrás de los productos y comprendan la importancia de su uso adecuado y cómo deben aplicarse. “No debería existir ese miedo grande a usar los fitosanitarios”, concluyó.

Dra. Dolores Fernández Ortuño: Ciencia y Sostenibilidad en Sanidad Vegetal
La Dra. Dolores Fernández Ortuño es una reconocida especialista en fitopatología y resistencia a fungicidas. Posee una trayectoria internacional que abarca España, Reino Unido y Estados Unidos. Con un doctorado en Biología por la Universidad de Málaga ha desarrollado investigaciones clave sobre enfermedades fúngicas como Botrytis cinerea y Podosphaera xanthii, contribuyendo a la optimización del uso de fitosanitarios en la agricultura.
Con más de 60 publicaciones científicas y múltiples proyectos de innovación, su trabajo ha impulsado estrategias sostenibles como el ARN interferente, aptámeros y nanoencapsulación, ofreciendo alternativas a los fungicidas convencionales. Además de su labor académica, ha ocupado roles clave en la Sociedad Española de Fitopatología (SEF) y el Comité de Acción y Resistencia a Fungicidas (FRAC España).
Galardonada con premios como “Manuel Losada Villasante” en 2022 por investigación agroalimentaria y “Meridiana 2019”. Fernández Ortuño es una de las voces más influyentes en la sanidad vegetal. Su investigación no sólo aporta soluciones efectivas contra enfermedades agrícolas, sino que también promueve una producción sostenible basada en la ciencia.