×

LA SITUACIÓN DE LOS AGRÓNOMOS EN UN CAMPO EN EL ABANDONO EN ESTE SEXENIO

“La agricultura son los pies que sostiene a la Patria” S/A

El pasado 22 de febrero se celebró el Día del Agrónomo, ese día un servidor y compañeros egresados de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro que dirigimos, como presidentes, la Asociación Nacional de Egresados, nos dimos a la tarea de publicar un manifiesto donde exponemos la realidad que hoy vivimos los agrónomos de México, el cual les comparto.

En él, consideramos que, tanto desde los años 90s, como en lo que lo que va de este sexenio, hemos visto con preocupación un proceso de desaparición de instituciones que atendían al sector agropecuario y forestal.

El desarrollo desigual entre el campo y la ciudad, hace cada vez más lejano el anhelo de progreso y justicia social para el campo.

Con el Gobierno actual, el sector rural ha sufrido la eliminación de más de 24 programas y sus presupuestos, la discriminación hacia los pequeños y medianos productores que generan cosechas excedentarias comercializables, ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria, el estatus fito/zoosanitario, la capitalización de las unidades de producción, la inocuidad, el empleo y un desarrollo sustentable.

Se han ideologizado las políticas de ciencia, tecnología e innovación; se eliminaron las políticas de educación y de construcción de habilidades, el acompañamiento y asesoría desapareció; las políticas comerciales, para establecer competencia y de acceso a mercados internacionales van en franco deterioro y controversias; las políticas dirigidas a estimular los cultivos básicos y estratégicos se eliminaron para los productores con excedentes comerciales.

En cuanto a políticas sectoriales de competitividad, fomento a las exportaciones y financiamiento desaparecieron; y las políticas de competencia para el buen funcionamiento del mercado y garantizar así la asignación eficiente de recursos no se ven ante un embate de las prácticas electorales y acoso de la delincuencia organizada, que ha sido constante en este sexenio y que han suplido y dejado de lado la política social, económica y comercial del sector rural y agropecuario.

Es evidente actualmente la inactividad y mediocridad de lo que queda de las dependencias federales y estatales que atienden al sector, no está el campo en el proyecto de nación. El resultado, que 21 de 32 estados actualmente tienen menos terrenos cultivados que cuando empezó el sexenio en 2018 con información del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Los niveles de corrupción del pasado, han sido rebasados escandalosamente en SEGALMEX (DICONSA Y LICONSA), el desvío sin comprobación de más de 15 mil 311 millones de pesos detectado por la Auditoria Superior de la Federación, registradas en las observaciones de las Cuentas Públicas de los años 2019, 2020 y 2021, son sólo un ejemplo.

El efecto de esta errónea política pública para el campo ya se ve reflejada en el principal grano básico y estratégico de consumo popular: el maíz; en 2018, se producían 27 millones 169 mil ton; para el 2022, cayó la producción a 26 millones 553 mil ton, y se estima que para el 2024, la cosecha se reduzca a 23 millones 700 mil ton, datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), es decir, en el sexenio, se cayó la producción de este grano en 3 millones 469 mil ton menos, 12.8% caerá la producción nacional.

En consecuencia, las tan anunciadas autosuficiencia y soberanía alimentarias se han convertido en la mayor dependencia histórica de granos básicos y cárnicos en los últimos 40 años. México se ha constituido en el principal importador de granos básicos del mundo, 56% de lo que consumimos lo importamos, provocando que la población más necesitada esté agravádo su condición de pobreza alimentaria y desnutrición, pues la inflación ha crecido.

La política de “seguridad”, de “abrazos no balazos”, ha permitido la impunidad y la libertad al crimen organizado de extender sus fechorías y sus territorios, si mal antes, sólo era el trasiego de estupefacientes,  se suman el cobro de piso, cuotas de extorsión del delito a cosechas y movilidad de las mismas, se ha convertido en práctica común afectando a los productores y también a los consumidores por el incremento de los costos, pues elevan el precio de los productos del campo al consumidor final, pero sobretodo la inseguridad, desapariciones y cobro de vidas inocentes ajenas a estos grupos delictivos.

Aunado a lo anterior, el aumento de las olas de calor, las sequías y las inundaciones ya están superando los umbrales de tolerancia de plantas y animales, provocando la muerte masiva de especies vegetales  y corales impactando el bienestar de la humanidad, la amenaza climática que no se está atendiendo y el nulo interés de cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, agravará aún más las condiciones de nuestro campo y ciudad, pues la política energética implementada sigue apostándole a las energías fósiles (petróleo, carbón, gas natural).

Es por lo anterior que, los agrónomos de México, al igual que muchos campesinos, agricultores y sus familias somos los más afectados por esta errónea política agropecuaria. En nuestro gremio se han despedido a más de 18 mil agrónomos de diversas especialidades que laboraban en el sector público, prestadores de servicios profesionales, técnicos y expertos y extensionistas que atendían los programas para el campo, los que laboraban en empresas privadas, que daban asistencia y acompañamiento técnico a los agricultores.

Lo anterior ha creado una sobreoferta de agrónomos en el mercado laboral, lo que ha reducido los salarios, las prestaciones y ejercer en la informalidad. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO 2021), estima un total de 200 mil ingenieros agrónomos, ésta carrera, se sitúa en el puesto 22 entre las licenciaturas con mayor porcentaje de estudiantes matriculados y egresados, pero, según datos de la Secretaría de Economía (DATA/MÉXICO) la fuerza laboral de Agrónomos durante el cuarto trimestre de 2023 fue 32 mil 900 ingenieros contratados, sólo el 16.45% trabajando, cuyo salario promedió los $9,540. °°, sólo por encima del salario mínimo promedio ($8,300.°° diarios), trabajando alrededor de 45.8 horas a la semana.

Son los agrónomos el conducto para llevar las nuevas tecnologías al campo, que permitan elevar la producción, productividad y rentabilidad con sustentabilidad, es un agente de cambio, aunado a los demás agentes económicos que están involucrados en el sector agropecuario y forestal, ellos dan la seguridad y el abasto de alimentos al pueblo de México.

Por lo anterior, invitamos a una gran reflexión al Pueblo de México y a quienes se postulan para dirigir a nuestro país en el Poder Ejecutivo y Legislativo, ya que de continuar con la política pública de exclusión del sector agropecuario y la hoy política populista implementada por el actual Gobierno, será imposible lograr la justicia social y económica en el campo, la seguridad alimentaria deseada y un futuro sustentable para las generaciones futuras de mexicanos.

Es por lo anterior que, los agrónomos de México, estamos dispuestos para colaborar en el Proyecto de Nación,  atender a los nuevos retos y desafíos de seguridad alimentaria con sostenibilidad, en los apartados agricultura y ganadería sustentable, administración de riesgos, irrigación, suelos, tecnología e innovación, inocuidad, medio ambiente, mercados y comercialización, solicitamos atención respetuosa a un diálogo abierto, participación activa y sobre todo, que los profesionistas del sector, sean los involucrados en la dirección, desarrollo y evaluación de cualquier política pública,  proyecto,  presupuesto para el campo y la sociedad rural.

Compartir